La vocación prospectiva y la construcción
de escenarios para la gestión del cambio y la innovación.
Introducción
Enric Bas es doctor en Sociología y profesor titular de la Facultad de
Económicas de la Universidad de Alicante (UA). Asimismo es el director de ETC
Laboratorio de Prospectiva Aplicada de la UA, miembro del Comité Ejecutivo de
la European Futurists Conference, y del Panel de Expertos del Think Tank Techcast de la George Washington
University.
Es autor de Prospectiva: cómo usar el pensamiento sobre el
futuro(Ariel, Barcelona), un manual de introducción a la prospectiva
y el pensamiento estratégico ampliamente utilizado en cursos de grado y
postgrado de universidades de habla hispana, que se ha convertido en una obra
de referencia internacional.
Asesor en Prospectiva y Estrategia de varias instituciones públicas y
privadas de España, ha participado en numerosos programas internacionales de
investigación y es profesor visitante en universidades de países como Reino
Unido, Alemania, Italia, Hungría, Taiwán, Brasil, Venezuela, Perú, Costa Rica,
México y Finlandia, entre otros.
Autor de
“Prospectiva; herramientas para la gestión estratégica del cambio” (Ariel,
Barcelona), prologado por Wendell Bell, Catedrático de Sociología de Yale
University (USA). Este libro, que ha fue reimpreso en 2002 bajo el título
“Prospectiva: como usar el pensamiento sobre el futuro” (Ariel) y cuya 2ª
edición ha tenido lugar en 2008, es un manual de introducción a la
prospectiva y el pensamiento estratégico ampliamente utilizado en cursos de
grado y posgrado de universidades de habla hispana, que se ha convertido en una
obra de referencia internacional en Prospectiva.
Colaborador
en calidad de Asesor y/o Profesor en Prospectiva y Análisis Estratégico del Ministerio
de Interior (Programa PROSPINT- Inteligencia, Prospectiva y Estrategia en
Seguridad Pública), Ministerio de Defensa, Ministerio de Educación (Coordino
para la FECYT el Comite Nacional de Expertos en Prospectiva) y Ministerio
de Ciencia y Tecnología, entre otras instituciones públicas españolas. A
nivel internacional, ha colaborado con instituciones como el Consorcio de
Prospectiva de Perú, el Capitulo Mexicano de la WFS-World Future Society,
la CAF-Confederación Andina de Fomento y el Programa Nacional de Prospectiva de
Colombia, el Instituto de Investigación PREST (Policy Research in Engineering,
Science and Technology) de la University of Manchester y el ECOESAD (Consorcio
Mexicano de Universidades para el desarrollo de la Educación a Distancia).
Director de
la Unidad de Investigación ETC-Laboratorio de Prospectiva Aplicada de la UA,
participada por los Departamentos de Sociología II, Dpto. de Análisis Económico
Aplicado, Dpto. de Política Económica y Financiera y Dpto. de Comunicación Audiovisual.
Co-Director
de la Colección “Estudios de Futuro” de la Editorial Plaza y Valdés y del
Consejo Editorial de la Revista “Prospectiva” (UNAM-México). Miembro del Comité
Ejecutivo de la European Futurists Conference (Lucerne, Swuitzerland), del Comité
Asesor del Instituto Del Bosque (Caracas, Venezuela) y del Comité de Expertos
del Think Tank TECHCAST-Tracking the Informational Revolution, de la George
Washington University (USA).
Con su mirada crítica hemos abordado desde los principios de la
Prospectiva y los comportamientos de la sociedad española hasta cómo se definen
los posibles escenarios de futuro, pasando por la Innovación y el Diseño.
Marcelo Leslabay: ¿Cómo le explicaría a las personas no especializadas qué es la
Prospectiva?
Enric Bas: Es una metodología o un conjunto
de metodologías que sirve para identificar diferentes alternativas de futuro y
para evaluar cada una de ellas en función del grado de probabilidad, de
ocurrencia que pueda darse, de la información que se dispone y del grado de “deseabilidad”.
Es decir que la Prospectiva es una disciplina
bastante intuitiva…
E.B. Sí, y totalmente relativa porque estudia la probabilidad en
función de la información de que se dispone y un nuevo dato puede alterar
totalmente la probabilidad. En realidad la Prospectiva no está definida como
una disciplina, como dice Zygmunt Bauman –sociólogo polaco autor del Amor
líquido– que habla de la modernidad líquida y de cómo se está desestructurando
el mundo que conocemos, disolviendo las instituciones que lo vertebran y
deshaciendo la sociedad en que vivimos para dar paso a otra bien diferente.
Este es el mismo fenómeno que atraviesan las disciplinas académicas, rígidas y
estáticas, que están dando paso a relaciones transversales entre áreas de
conocimiento tradicionales, e “indisciplinas”, como es el caso de la
Prospectiva.
¿La Prospectiva trabaja con diferentes escenarios
posibles?
E.B. Sí, se trabaja con distintos escenarios; al menos con tres: el
probable, extrapolativo y tendencial, que se produce si nada cambia, si los
procesos que configuran la realidad siguen la dinámica prevista en virtud de su
comportamiento pasado y presente; el contingente, que sería un escenario
alternativo al probable, que contempla cambios a priori considerados posibles
pero improbables; y por último el deseable, un escenario utópico al que
aspirar.
Por ejemplo, lo más probable es que en el año 2050 la población mundial
llegue a los 9.000 millones de habitantes, pero si hay una pandemia, un
imprevisto del que no existe memoria, puede alterarse esa probabilidad y
el curso de las tendencias previstas; el deseable dependería de los valores,
expectativas y deseos de la organización o comunidad que se tome como
referencia.
¿Podríamos decir que se pueden crear los escenarios
del futuro?
E.B. Por supuesto, la Prospectiva de alguna manera es un conjunto de
herramientas que intenta definir los futuros alternativos. Esto quiere decir
que un escenario puede ser muy probable pero indeseable y otro puede ser muy
improbable pero deseable, siempre de alguna manera se está intentando
“tangibilizar” algo intuitivo y ahí entra el Diseño. El futuro deseado y el
camino que conduce a él, se piensan, se configuran y se estructuran; se
diseñan, en definitiva, para articular la acción.
¿Cómo define al Diseño desde su punto de vista?
E.B. Para mí el Diseño es lo que sirve a la innovación para hacer
visibles las ideas, sería como la “tangibilización” de las ideas, de cómo
estructurarlas. Por ejemplo, el diseño puede abarcar desde la definición de un
mecanismo de participación política de una comunidad o la configuración y
estructura de un programa electoral hasta replantear el proceso de fabricación
en una cadena de producción o de distribución. En un esquema de Investigación,
Desarrollo, Innovación y Diseño, es decir de I+D+i+d, donde la Investigación se
ocupa de generar conocimientos y tecnologías, el Desarrollo de transferir esos
resultados de la investigación a las organizaciones, la Innovación de
interiorizar dicha transferencia y producir ideas novedosas y el Diseño de
transformar las ideas que produce la Innovación y de comunicarlas a la
sociedad. El Diseño es una de las cuatro patas en las que se asienta la
generación y gestión del conocimiento, porque sin pensamiento estratégico –el
cual requiere de la fase de concreción y comunicación que implica el diseño de
productos y procesos– no hay progreso.
Y con el Diseño entra en juego la creatividad…
E.B. Nuestra educación es muy positivista, en ciencias sociales se nos
enseña el “demuéstremelo” cuando es muy distinto trabajar en un laboratorio que
trabajar con una sociedad: en ciencias sociales no trabajamos en “atmósfera
cero”, y difícilmente se puede prever el comportamiento humano, al menos en
términos absolutos. La tradición en economía y en sociología es tratar de hacer
predicciones cuantitativas, se intenta racionalizar algo que es más emocional,
“poner puertas al campo”; en Prospectiva se intenta simultanear la
sistematización y el método científico con la imaginación y la creatividad:
nosotros usamos unas técnicas que se puedan contrastar e intentamos mejorarlas
introduciendo la creatividad. La tradición en predicción de sucesos sociales ha
sido muy cerrada, porque se ha mirado –acomplejada– en las ciencias naturales:
se han utilizado determinados modelos, suponiendo que hay unas leyes naturales
que subyacen debajo del comportamiento humano y tenemos que identificarlas.
Pero esto es totalmente absurdo porque no se puede obviar la creatividad de una
sociedad. De hecho, para mí, la Innovación Social es imposible si no se
contemplan opciones que queden fuera de los modelos extrapolativos.
¿Cómo se prepara España para competir?
E.B. La Prospectiva lo que trata de hacer es buscar futuros
alternativos, por eso es sumamente útil en la búsqueda de la competitividad y
un futuro mejor. Aquí en España apenas hay empresas de capital riesgo, no hay
una cultura empresarial de apoyar ideas de alto riesgo, evidentemente la
expectativa de beneficio potencial es proporcional al riesgo de partida, pero
aquí esto no ocurre, vamos a lo seguro y por esa razón siempre vamos por
detrás. Por ejemplo, durante muchos años y hasta hace poco tiempo, la mano de
obra, la energía y las materias primas en España eran muy baratas, pero durante
esa etapa los empresarios no invirtieron ni en diseño ni en innovación,
siguieron compitiendo por precio… hasta que algunos países denominados
emergentes, como China, pusieron contra las cuerdas ese modelo de negocio al
producir con costes inasequibles para un país con las cotas de bienestar que
España alcanzó.
Más vale tarde que nunca, así que tal vez sea momento de repensar
nuestra estructura productiva y optar por el Diseño, por ejemplo, como un valor
estratégico.
¿La Prospectiva nos puede ayudar a salir de la
crisis?
E.B. La Prospectiva nos lleva a reinventar, por eso estamos trabajando
en Innovación y Diseño porque en este ciclo de la gestión del conocimiento,
continuamente nos reinventamos y volvemos a empezar. Son procesos lentos, de
larga duración, y hasta ahora lo que hemos venido haciendo ha sido limitarnos,
en el mejor de los casos, a asimilar protocolos que nos vienen dados de fuera,
viendo la innovación como algo exógeno, a “gestionar”, sin interiorizarla e
integrarla en la filosofía de las organizaciones… por eso nosotros preferimos
hablar de “cultura” de la innovación, dentro de un sistema de valores que
sirven de marco de referencia para actuar, pero hoy por hoy y aquí –me refiero
a los países latinos– todavía no se percibe la innovación como algo que se crea
desde dentro, endógeno, y que ha de ser permeable a todos los niveles de la
organización. Por ejemplo, aquí no se fomenta que cualquier empleado pueda
tener una buena idea que pueda repercutir en una mayor eficiencia o
competitividad; es una cuestión cultural, que llevará tiempo cambiar.
Cuando se aplican estos protocolos que vienen dados de fuera, la
información que se genera no anticipa nada, viene a contar las cosas que ya se
saben. Las previsiones de futuro en base a tendencias son muy conservadoras y
lo que se necesita aquí es estimular la detección de nichos de mercado
emergentes y posibles, que en muchos casos se tendrán que inventar empleando
buenas dosis de creatividad.
¿Esta metodología también se puede aplicar a un país
o región?
E.B. Absolutamente, porque cada acción política tiene una impronta que
es percibida por los ciudadanos. Por ejemplo, en Elche, una ciudad
tradicionalmente ligada a la producción del calzado, se analizó lo que tenían y
decidieron reinventarse como ciudad turística y de servicios.
Este es un proceso que empezó consultando a los propios ilicitanos, e
integró mecanismos de consulta y participación con el Brandforesight, la aplicación de la Prospectiva a la
construcción, en este caso, de una “marca-ciudad” basada en una identidad
colectiva y diferenciable. En el mercado global está pasando un poco lo mismo,
las actitudes en el consumo están vinculadas a cómo se percibe y a la imagen
que se tiene de un país.
La Prospectiva también analiza estos mecanismos, priorizando la
componente participativa y educativa en la construcción del futuro deseado;
porque según cómo se eduque se ven las cosas, así se condiciona el pensamiento,
la realidad social se construye con información, por eso la Prospectiva es
proactiva, porque parte de la premisa de que la realidad futura puede ser
construida; no esta predeterminada. La idea de estrategia tiene que ver con
esto y también con la comunicación. Un diseñador sabe muy bien que una marca
puede tener una capacidad de movilización enorme, por las formas que utilice,
la tipografía, los colores… con una acción está creando realidad, está haciendo
que la gente perciba ese producto o servicio de una manera determinada.
¿El mercado ha desarrollado su propia metodología?
E.B. Si, porque los métodos de análisis de la realidad social
convencionales, como por ejemplo, las encuestas, no funcionan en un mundo
“líquido”, heterogéneo, complejo e incierto, donde el cambio es una constante.
Eso es lo que motiva la generación de metodologías “ad hoc” en el mundo del
consulting: el cliente cada vez pide menos que se le demuestre algo, sólo
quiere que le ayudes a identificar y evaluar posibilidades de futuro. Pero en
algunos ámbitos todavía persiste una mentalidad positivista que anula cualquier
posibilidad de innovación. Es como pensar que existe la gravedad porque cayó
una manzana: un positivista, si esta no hubiera caído ni siquiera se lo hubiera
planteado. La mera posibilidad de que algo ocurra no se contempla y este es el
gran problema para las empresas porque son incapaces de prever ningún problema
emergente que pueda amenazar su propia estabilidad, ni tampoco identificar y
aspirar, actuando de forma proactiva.
A opciones de futuro mejores que se salgan de lo estrictamente
previsible desde el punto de vista de la probabilidad o la memoria. El problema
no está en el futuro, está en el presente.
¿Cómo se pueden detectar esos cambios?
E.B. Bueno, para eso está la Prospectiva, que últimamente esta poniendo
énfasis en trabajar para descubrir “señales débiles”: esos puntos de cambio
radical que pueden dar lugar, bajo determinadas circunstancias a peligros, pero
también a oportunidades inesperadas por ser consideradas improbables. Es
importantísimo que todos aprendamos una serie de herramientas básicas para
identificar y evaluar escenarios que, integrando lo probable con lo posible y
lo deseado de forma creativa, nos permita tomar decisiones de acuerdo con la
información que tengamos. Eso no quiere decir que se tenga el éxito asegurado pero
al menos es una decisión consciente; haciéndolo al menos no se irá a remolque
de las circunstancias, salvo que se desee hacerlo.
Es decir, de alguna manera se puede limitar la
incertidumbre
E.B. La buena suerte se crea, como bien dicen Fernando Trías de Bes y
Alex Rovira… personalmente, planteo que hay distintos niveles en la gestión de
la incertidumbre, y que se ha de intentar maximizar la esfera de control e
influencia, y minimizar el peso de aquella que recoge elementos en cuya
ocurrencia no puedes intervenir como actor, para llegar a un futuro deseable.
Por ejemplo, si vas a un examen hay elementos que controlas, como estudiar a
conciencia; otros sobre los que puedes influir, como conducir con cuidado para
evitar un percance que te impida estar a tiempo en el examen, pero hay
elementos que no controlas, como un atasco brutal o que te quedes en blanco en
el examen. Incluso hay elementos que crees que no controlas, como tu estado
físico durante el examen, pero si la noche anterior al examen en vez de cenar
un kebab cargado de especias cenas una pechuga de pollo, estarás más tranquilo
… eso es anticipación y limitar la incertidumbre.
Hay un límite o una frontera de todas las cosas que
pueden pasar?
E.B. Siempre digo que la predicción ha demonizado la incertidumbre,
tratando de aislarla a toda costa en lugar de tratar de convivir con ella. Lo
que se ha hecho es diseñar modelos de predicción que tratan de recrear un orden
supuestamente prestablecido, una ley natural, y lo que no se entiende o no se
controla, se reconoce pero se deja arrinconado. Sin embargo la Prospectiva
trata de integrar la incertidumbre como un elemento más, que está ligado a la
idea de futuro, y que no tiene por qué ser necesariamente negativo: sin
incertidumbre tampoco existirían las oportunidades. En ese sentido tal vez
deberíamos dar un giro de 180º a la percepción que tenemos de la incertidumbre.
Como en las artes marciales, de tu capacidad para reconducir la fuerza ajena y
reconvertirla en propia, dependerá tu éxito. Con la incertidumbre pasa un poco
lo mismo: una situación de riesgo puede convertirse en una oportunidad;
volviendo a la filosofía oriental, todo lo negativo tiene algo positivo. Y la
incertidumbre, de ser negativa, desde luego tiene una vertiente positiva: su
propia existencia nos indica que el futuro está abierto.
¿Y de esta crisis qué podemos aprender?
E.B. En este momento no estamos visualizando el futuro y estamos siendo
catastrofistas, porque no percibimos la realidad conforme a la información que
nos llega, los medios de comunicación plantean la situación como “algo” que
llegó y “algo” de lo que se saldrá, siempre por razones ajenas a nuestra
voluntad, porque vivimos en un sistema que no incentiva la pro actividad. Hay
una sensación general de que hemos tocado fondo, pero las previsiones para el
2010 son peores que el 2009. Personalmente creo que van a desaparecer muchas
empresas, al menos en la forma en que ahora existen, y van a sobrevivir
aquellas que se reinventen. En muchos casos, no estará tanto en fabricar otro
tipo de producto, sino en repensar de forma creativa los procedimientos de
gestión de las organizaciones y los modelos de negocio, incluso a veces
radicalmente, innovando en mayúsculas: buscando océanos azules, terrenos sin
explorar, nichos de mercado imprevistos e improbables, aprovechando la
incertidumbre y asumiendo el riesgo que implica la búsqueda de oportunidades
reales.
¿Qué papel juega el Diseño dentro de estos nuevos
desafíos?
E.B. Pues es clave, se ha de reivindicar el papel central que tiene dentro
del ciclo de gestión del conocimiento: el Diseño es lo que define el producto,
el proceso que convierte en realidad la innovación, lo que cierra el ciclo
iniciado con la Investigación. Pero integrar el Diseño en este ciclo y hacerlo
de manera consciente significa asumir que tienes algo que decir con respecto a
tu propio futuro, no se trata de salir del paso o de seguir a los demás, no se
trata de hacer lo mismo que diseña tu competencia o lo que se supone va a
diseñar, es buscar tu propia identidad y tu lugar en el mundo, empleando la
información de que provee la investigación a través de la transferencia,
fomentando un proceso creativo basado en dicha transferencia que arroje ideas
realmente innovadoras, y plasmando éstas en unos productos y procesos concretos
que otorguen un valor diferencial real.
¿Y respecto a la investigación?
E.B. La verdad es que aquí se hace poca investigación y no por falta de
talento sino porque no se invierte. No llegamos al 1,4% del PIB de inversión de
las entidades públicas mientras que la media europea está aproximadamente en el
2% y en países como Finlandia están alrededor el 4%. Pero además, lo poco que
se hace tampoco llega a las empresas, los empresarios se quejan de que no
existe una transferencia de la investigación: en términos generales hay una
desconexión entre el mundo de la investigación y el mundo de la empresa. Por
ello la Innovación hace aguas por ambos lados, primero porque no hay
transferencia de conocimiento, con lo que el proceso creativo que ha de
conducir a la generación de ideas innovadoras puede resultar vacuo, y luego
porque no se valora el papel clave que tiene el Diseño en el ciclo de gestión
del conocimiento, cuando es decisivo: la generación creativa de ideas resulta
un ejercicio estéril sin la concurrencia de herramientas que permitan concretar
éstas en productos o procesos, ya sean tangibles o intangibles.
Por ejemplo, en las empresas los departamentos de Innovación y Diseño
deben trabajar juntos, comunicarse, generar ideas y dar forma a esas ideas,
crear sinergias y estar al tanto de todo el proceso; no tienen que ser
compartimentos estancos, es un proceso de retroalimentación.
¿A qué se debe este bloqueo que tenemos como
sociedad?
E.B. Considero que los latinos, en general, no entendemos el sistema,
tenemos serios problemas para entenderlo porque no lo inventamos nosotros;
digamos que nos es “culturalmente ajeno”, su lógica choca frontalmente con
nuestro sistema de valores, con nuestro background cultural.
En distintos estudios europeos sobre la crisis, contrasta la actitud de los
jóvenes españoles frente a los del norte de Europa. Aquí tenemos esa actitud de
“quiero un empleo”, en vez de crear uno, pedir un préstamo a un banco,
arriesgarse y poner en marcha un proyecto personal. Muy poca gente entiende que
su propio futuro esta en sus propias manos; que tiene que decir algo al
respecto y no ha de esperar a que nadie resuelva sus propios problemas o cambie
la coyuntura. Ante el problema, estamos esperando que los empresarios, o el
gobierno, o un tercero, lo resuelvan, pero nos cuesta un mundo tomar la
iniciativa. Es una cuestión ligada al sistema de valores: por ejemplo, de los
Pirineos para arriba un joven a los 18 años valora su libertad personal por
encima de todas las cosas, no valora tener un automóvil y vivir en casa de sus
padres, sino tener una bicicleta pero ser autónomo. En cierto modo, creo que
carecemos de visión de futuro y tenemos el instinto de supervivencia anulado, y
ello obedece básicamente a nuestra dificultad para asimilar que, en este orden
de cosas, somos –hemos de ser– los actores principales de nuestra propia
película. En definitiva, a que no somos proactivos.
¿Qué podemos hacer para despertar ese instinto de
supervivencia?
E.B. Deberíamos optar por una reforma educativa que capacite a los
ciudadanos, incentive su capacidad de visión de futuro y les haga valorar su
capacidad de acción; la clave es la educación. Y en nuestro país, a mi
modo de ver, es muy mejorable.
Estamos viviendo en un sistema capitalista y no somos eficientes,
vivimos del estado y nuestro producto –licenciados y diplomados– no son
competitivos porque nos empeñamos en un modelo ajeno a la realidad: no tenemos
en cuenta lo que demanda el mercado y mucho menos lo que va a demandar en el
futuro. En Finlandia, por ejemplo, el 1º de Enero de 2010 van a dejar de
existir las universidades públicas, que van a pasar a estar financiadas por
empresas. Pero ello no va a suponer una merma de la modélica y bien entendida
igualdad de oportunidades al acceso a la educación superior que
tradicionalmente ha venido caracterizando al modelo finlandés, dado que el
Estado va a velar porque esto siga siendo así: los alumnos que demuestren
talento y capacidad potencial para ocupar una plaza universitaria van a tener
garantizada la gratuidad, como hasta ahora; sólo que ahora habrán de ser las
empresas las que financien el sistema. En Finlandia ya están pensando lo que
van a necesitar dentro de cinco años. Aquí somos más Don Quijote y allí son más
Sancho Panza, pero a lo mejor Sancho Panza es más quijotesco que Don Quijote,
el romanticismo no está reñido con el pragmatismo, porque si se logra un
desarrollo social siendo Sancho Panza, eso sí que sería una utopía cumplida.
¿Qué es la innovación social?
E.B. Con la innovación pasa lo mismo que con la Prospectiva, casi
siempre se habla de Prospectiva tecnológica y se identifica con las novedades
tecnológicas, que luego se pueden convertir en productos. Por ejemplo, en Japón
siempre se ha trabajado en prospectiva tecnológica, nosotros en Sevilla tenemos
el IPTS –The Institute for Prospective Technological Studies– que es la unidad
de Prospectiva Tecnológica del Consejo de Europa, pero en Finlandia la
orientación es otra, no es sólo tecnológica, es más social. Es una forma de
entender la Prospectiva más cercana a la escuela de Eleanora Masini, quien
habla de la previsión humana y social, y entiende el uso de la Prospectiva para
mejorar la vida de la gente, dentro de lo cual entra por supuesto la economía,
la cultura, la tecnología. En algunas Comunidades Autónomas ya se está hablando
de innovación social, como en País Vasco o Andalucía, es repensar productos y
procesos, por ejemplo de participación ciudadana, para mejorar la vida de la
comunidad.
Esto por supuesto implica tener en cuenta los avances tecnológicos, pero
como un medio: el fin es mejorar la vida y las opciones de futuro de la
comunidad en su conjunto.
¿Con qué plazos de tiempo y técnicas se realizan sus
estudios?
E.B. En Prospectiva se trabaja a medio y largo plazo, es decir a 15 ó
20 años mínimos. Trabajamos con otro recorrido, necesitamos una trayectoria
hasta que se puedan consolidar las iniciativas estratégicas que, por otra
parte, se han de gestar en el presente y conducir en el corto y medio plazo.
Esto es algo evidente si pensamos, por ejemplo, en el diseño de un sistema
educativo. Respecto a las técnicas que utilizamos, también son vivas, las
encuestas, por ejemplo, sirven en momento determinados o como una base que, a
día de hoy, ha de complementarse con otras metodologías; también la técnica
Delphi, probablemente el método cualitativo más utilizado en anticipación o el
DAFO –Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades–, o los más recientes
NEO o Weak Signals Test. Las técnicas de investigación, en definitiva, y al
menos en sociología, son un producto de su tiempo. Una nueva realidad no puede
ser abordada bajo parámetros de análisis obsoletos.
¿Cada método generará diferencias conceptuales?
E.B. La diferencia entre la Prospectiva y la predicción es que la
predicción cuantitativa trata de decir qué es lo bueno o lo malo, es como una
brújula, el norte está ahí, y además contempla el éxito de acertar. Mi línea de
trabajo es distinta, para mí el éxito no radica en acertar, como en el cuento
“Los bomberos” de Mario Benedetti, donde el protagonista predecía cientos de
acontecimientos, hasta que un día predijo que su casa se estaba quemando,
cuando sus amigos llegaron para verificarlo, era así y le aplaudieron, es una
paradoja. La Prospectiva tiene mucho que ver con el pensamiento estratégico
clásico, si eres capaz de anticipar la posibilidad de que ocurra una cosa y
desmontarla, no ocurre, o sea que desde un punto de vista positivista no has
acertado, pero para mí el éxito es dar información para anticiparse y que no
ocurra o fomentar lo que quieres que ocurra.
¿A una empresa también se le pueden definir sus
escenarios de futuro?
E.B. Sí, por supuesto, depende de los objetivos de la empresa, primero
se comienza por ayudar a definir los objetivos y evaluarlos, para saber qué es
lo que realmente quiere y cómo se ve a sí misma y a su entorno. Luego se
definen posibles escenarios generales con un reporte anual o estudios
sectoriales, o incluso estudios ad hoc. Ayudamos a identificar y evaluar, en
función de las posibilidades que se extraen de la información disponible y los
intereses particulares del cliente, alternativas de actuación. Luego es el
cliente quien tiene que tomar la decisión, asumir riesgos, esperar…. Nosotros
identificamos y evaluamos los diferentes destinos posibles, y diseñamos los
caminos que pueden conducir a esos destinos. Por eso siempre decimos en ETC que
no podemos dar respuestas, pero podemos ayudar a ordenar las preguntas y a
identificar y evaluar las posibles respuestas.
Enric Bas
El Diseño tiene una componente de visión prospectiva muy fuerte, que
forma parte de su propia naturaleza creativa: no en vano se podría definir, en
definitiva, como la definición conceptual de una imagen de futuro, algo por
venir. Una imagen de futuro que, para resultar exitosa, ha de poseer al menos
dos características: ser innovadora, en el sentido de ofrecer algo nuevo y
diferente, y estar basada en la empatía con su destinatario final.
Doctor en Sociología. Profesor Titular de Sociología Prospectiva en la
Facultad de Económicas de la Universidad de Alicante, y Director de
Futurlab-Laboratorio de Prospectiva Aplicada. Imparte cursos y seminarios sobre
Pensamiento Estratégico e Innovación, en calidad de Profesor Invitado, en
universidades de todo el mundo entre las que destaca la U.Turku (Finlandia),
U.Tamkang (Taiwan), U.Manchester (UK), U.Federal Rio do Janeiro (Brasil),
U.Católica Pontificia de Lima (Peru) o U.Corvinus Budapest (Hungría).
Como consultor, ha trabajado para diversos Ministerios en España y
organismos internacionales, así como para empresas y asociaciones
empresariales, siempre en Prospectiva Estratégica. Pertenece a diversos think-tankinternacionales
relacionados con previsión tecnológica, tendencias y cambio social, como
Techcast (Washington, USA), el European Futurists Club (Lucerne, Suiza) o la
BAT’s Foundation for Futures Studies (Hamburgo, Alemania). Asimismo, formó
parte del Comité Ejecutivo de la World Futures Studies Federation.
Autor de varios libros y multitud de artículos científicos sobre el
tema. Experto evaluador de proyectos de I+d+i de la ANEP-Agencia Nacional de
Evaluación y Prospectiva(Ministerio de Ciencia e Innovación), AGAUR-Agencia
Catalana de I+D (Generalitat de Catalunya) y la Fundacion General CSIC del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Co-director de la colección
«Estudios de Futuro» de la Editorial Plaza&Valdés. Ahora está preparando la
edición de la trilogía «Prospectiva e Innovación Social» en la que participan
40 expertos internacionales.
Soulsight – ¿Cómo se estudia el futuro, cómo se investiga el futuro y para qué?
Enric – “El
futuro” como tal no existe, y por lo tanto no puede ser objeto de estudio desde
un punto de vista científico. El futuro se crea. Es por ello que los modelos de
predicción determinista (los que contemplan el futuro como algo inexorable)
llevan casi un siglo errando. Pero si que es posible identificar “futuribles”
(futuros posibles alternativos y condicionales) a partir del estudio de las
tendencias, las señales débiles, los tipping points y las posibilidades de
acción individual.
Y no solo es posible; además es conveniente, para contextualizar,
definir líneas posibles de acción y, en consecuencia, evaluar el impacto
potencial de las decisiones que tomemos y crear oportunidades. A eso le
llamamos hacer prospectiva.
Soulsight – La
importancia en Diseño de una investigación exhaustiva como etapa inicial del
proceso creativo es clave y fundamental para determinar el marco sociohistórico
de la situación y para construir soluciones. ¿Qué es y qué no es la
prospectiva?
Enric – El Diseño
tiene una componente de visión prospectiva muy fuerte, que forma parte de su
propia naturaleza creativa: no en vano se podría definir, en definitiva, como
la definición conceptual de una imagen de futuro, algo por venir. Una imagen de
futuro que, para resultar exitosa, ha de poseer al menos dos características:
ser innovadora, en el sentido de ofrecer algo nuevo y diferente, y estar basada
en la empatía con su destinatario final. Es por ello que la prospectiva, desde
el momento que ayuda definir opciones y a contextualizar las decisiones en
futuros posibles, es una herramienta útil para el diseño de productos, procesos
y servicios en sentido amplio.
Soulsight – ¿A qué
consideras se debe la falta de transferencia entre campos? ¿Por qué
neurocientíficos, sociólogos, antropólogos, ingenieros, diseñadores,
historiadores, biólogos, trabajan por separado en nichos independientes y no se
transfiera el conocimiento entre campos?
Enric - Basicamente,
para mi, la falta de trasferencia entre campos de conocimiento se debe a la
compartimentación del conocimiento científico (que ha posibilitado un
corporativistmo excluyente, castrador y tendente al sesgo disciplinario) y el
positivismo científico (que desterró la imaginación y la creatividad del método
científico). Aspectos ambos que, a mi modo de ver, han de ser superados para
hacer frente a los retos que el cambio y la complejidad imprimen a los fenómenos
actuales.
Soulsight – El Dr.
Letamendi (Bcn 1828) dijo, “El que solo sabe de medicina, ni medicina sabe”.
¿Es el sistema educativo el que tiene que transformarse para que así cambie el
modelo económico industrial o por el contrario es el sistema económico el que
tiene que modificarse para que la educación, por consecuencia, genere mentes
integrales e integradas, pluridisciplinares, imaginativas y no mate la
creatividad? ¿Qué consideras tenga que suceder para esta transformación también
cultural?
Enric - Totalmente
de acuerdo: el sistema educativo es la clave. Solo un sistema educativo que interprete
correctamente la igualdad de oportunidades, que fomente la meritocracia, el
esfuerzo y la iniciativa individual, los enfoques multidisciplinares y el
pensamiento creativo, tendrá garantías de aprovechar de forma eficiente el
talento. Solo es posible un cambio de modelo económico y social a partir del
diseño de un sistema educativo que prime la excelencia (a todos los niveles) en
la gestión del talento, entendido como piedra angular para la innovación
social, el desarrollo y el bienestar colectivo. La innovación es, en esencia,
algo cultural.
Soulsight – Internet
un ámbito caótico y no lineal en su naturaleza y evolución, nuevos modelos de
negocios, nuevas cadenas de producción, nuevas formas de comunicarse, la
pluralidad, los nuevos ídolos personas comunes realizando pequeños y posibles
sueños en lugar de personas idealizadas, la desintermediación, des
jerarquización, nuevos modelos de trabajo, “crowdsourcing”, “opensource”, el
regreso a la colaboración y cooperación, la independencia, el gran impacto de
las pequeñas cosas, la conciencia colectiva … ¿Siglo XXI revolución post
industrial o simplemente un desfase entre la utopía y la realidad?
Enric - En mi
opinión, y esto tan solo es una visión personal, mas bien estamos asistiendo a
la configuración de una distopia: todo cambia para que nada cambie; al menos, a
mejor. Honestamente, y reconozco no ser demasiado optimista (aunque dicen que
un pesimista es un optimista bien informado), los parámetros que rigen la vida
personal, las relaciones sociales y las comerciales, no han cambiado
sustancialmente en el fondo.
Podría haber sido así, pero sinceramente lo dudo. Evidentemente, existe
una economía financiera global basada en redes telemáticas; redes que, también,
facilitan la comunicación en el tiempo y en el espacio. Pero, como
investigador, he podido constatar como todas las venturas que, a principios de
los años 90 del pasado siglo, prometían las entonces denominadas “nuevas
tecnologías”, han sucumbido a la lógica del sistema. Un sistema que, por otra
parte todo hay que decirlo, las creo para perpetuarse en el tiempo. En resumen,
y a pesar de existir evidentes beneficios, el balance no es como para estar
exultante: alienación, control social, analfabetismo funcional, falta de rigor
informativo, y un largo etcétera. Pero no hay que hacerme demasiado caso: lei a
George Orwell. El darwinismo social, en mi opinión, sigue absolutamente
vigente; mas que nunca, añadiría, a pesar de que parezca lo contrario.
Soulsight – ¿La
industria, las empresas, la política, las instituciones y todos y cada uno de
sus actores involucrados están preparados y disponibles para este nuevo
escenario?
Enric - Unos si y
otros no. Hay empresas y empresas; políticos y políticos, instituciones e
instituciones. Y ahí la componente cultural es clave, como planteabais en la
pregunta número 4. El sistema de valores, etnoantropológico y sociológico, que
sirve de base y contexto para el desarrollo de actividades económicas,
políticas e institucionales es absolutamente determinante a la hora de entender
e interpretar la realidad social, y actuar en consecuencia. Y en ese sentido,
desde un punto de vista cultural, por norma general los países de raíz cultural
católica, en los que el trabajo es percibido como un castigo divino, la
iniciativa individual como una rareza y el éxito personal como un estigma y en
los que, además, el sentido de la colectividad brilla por su ausencia (salvo
para el fútbol), tenemos indudablemente las de perder, como se ve. Ahí están
los PIGS, o Latinoamérica, que no tuvo la suerte de ser colonizada por un país
protestante (como India, China o Australia).
oulsight – ¿Cuál
consideras es el valor del Diseño más allá de su función estética, formal y
tangible en este siglo y en el actual marco?
Enric - El diseño
forma parte –y ha de ser reivindicada como tal- de la cadena de valor de
cualquier organización, ya se trate de una empresa o institución pública. Y
esto es así porque es parte esencial del logaritmo que articula la generación y
gestión del conocimiento: I (investigación) + D (transferencia) + i
(innovación) + d (diseño). Esa d pequeña cierra un ciclo que se inicia con la
generación de conocimiento, su transferencia y asimilación por parte de las
organizaciones y la generación de ideas innovadoras. Y lo hace dando forma,
concretando a nivel conceptual como decíamos al principio, las innovaciones
generadas en el proceso. Sin la “d”, el proceso se reduce a un ejercicio de
estilo, tan voluntarioso como estéril. Sin las “I+D+i”, el diseño no puede
cumplir con sus objetivos de eficiencia y empatía; aquellas que asegurarán su
rentabilidad, y una contribución positiva al progreso económico y social.
Soulsight – ¿Qué
características, habilidades, actitud, debe desarrollar una persona para tener
una visión de futuro, una prospección del mañana? Enric - Formación multidisciplinar, eclecticismo, capacidad
crítica (también autocrítica), grandes dosis de curiosidad y creatividad, e
inteligencia emocional o empática. Eso y una gran capacidad –o, mejor,
voluntad- de trabajo.
Soulsight – ¿De aquí a
dónde?
Enric - No hay un
destino, ni una fórmula magistral, para bien o para mal. Depende de cada uno.
De cada país, de cada colectivo, de cada empresa, de cada individuo. De su
capacidad para interpretar la realidad, identificar debilidades y fortalezas,
valorar opciones, tomar decisiones, y generar oportunidades.
Soulsight – ¿A cerca
de qué estás escribiendo ahora?
Enric - Acabo de
publicar un capítulo sobre cultura de la innovación en un libro colectivo
titulado “Introducción a la Prospectiva”, editado por el
Tecnológico de Monterrey (México), y de coordinar un número especial de la
revista Ekonomiaz sobre Prospectiva, en la que participan expertos de todo el
mundo (Sudáfrica, Finlandia, UK, Taiwán, etc. y también España) aportando
ejemplos de buenas practicas.
Ahora mismo estoy, entre otras, ultimando la publicación de la
trilogía “Prospectiva e Innovación” (Plaza&Valdes, 2011),
que cuenta con la participación de mas de 40 expertos internacionales en la
materia.
En el capitulo I, La
investigación sobre el futuro, Bas nos ofrece una reseña de lo que ha sido el
futuro como objeto de estudio. En sus primeros momentos, este fue producto de
prácticas paracientíficas; y posteriormente, debido a una mayor complejidad de
la sociedad (producto del industrialismo y del capitalismo) y en especial a la
situación que se presentó después de la Segunda Guerra Mundial (Europa
destruida y el contexto de la guerra fría) EU se vio en la necesidad de
planificar y estudiar el futuro de una manera formal, comenzando los estudios
del futuro en los años cuarenta.
En el capítulo II, Tipos de predicción (qué es y qué no es la prospectiva), el
autor expone las razones por las que los estudios del futuro han sufrido para
poder consolidarse como científicos. El capitulo gira en torno a la necesidad
de establecer un cuerpo metodológico determinado para esta práctica, así como,
conceptos fijos que eviten las imprecisiones. Para lograrlo Bas define lo que
es y no es la predicción, una serie de conceptos claves en la materia a fin de
lograr un lenguaje común entre los estudiosos del futuro, y propone un listado
de técnicas importantes.
El capitulo III, Prospectiva, toma de decisiones y gestión de las
organizaciones (para qué sirve la prospectiva), versa, como el título lo
indica, sobre el vinculo existente entre prospectiva y toma de decisiones.
Relación que se establece por el cambio sumamente dinámico y competitivo en lo
económico, plagado de interactividad y complejidad de lo social. En general se
pretenden dos cosas: descubrir y describir los puentes que lleven, de la toma
de decisiones como eje rector de las organizaciones humanas, a la necesidad de
anticipación prospectiva, y analizar la dimensión instrumental de la
investigación sobre el futuro, su utilidad para entender, prever y facilitar el
control de los procesos de cambio social a través de los mecanismos de gestión.
Además de poner especial énfasis en acotar cuáles son los tipos de actitudes de
los individuos decisores, así como las ventajas y limitantes de la prospectiva
en la práctica.
Por último, en el capítulo IV, Técnicas de investigación elementales en
prospectiva, Bas enlista una serie de técnicas sociológicas que considera
elementales para el estudio del futuro. También establece un orden con respecto
a las técnicas elementales y una única clasificación de las mismas no solo
cuantitativas sino también cuantitativas, atendiendo al hecho de que las
predicciones pueden ser reproducidas por cualquier agente predictor para acabar
con la discusión que se presenta al momento de establecer una clasificación
metodológica.
En concreto, el interés del autor se centra en establecer estudios del futuro
con un mismo leguaje y técnica. Busca poner orden, con el fin de acabar con una
serie de imprecisiones que no permiten, a los estudios del futuro, consolidarse
como una ciencia por la falta de consenso entre los estudiosos del tema.
Asimismo, es una guía introductoria para aquellos que aún no están del todo
familiarizados con la materia, pues ofrece un amplio panorama de lo que han
sido, son y se pretende que sean, los estudios del futuro, en especial la
prospectiva, como método.